Desatascar el inodoro, una tarea desagradable pero necesaria
La señal de que hay algún tipo de atasco en el inodoro es que, al tirar la cisterna, el agua no fluye con normalidad, sino que su nivel sube dentro de la taza e, incluso, amenaza con desbordarse. En el peor de los casos, se desborda: sobre todo si, en busca de una solución, se vuelve a tirar la cisterna, lo cual no hace más que agudizar el problema.
Los atascos más frecuentes y sencillos son los que se producen debido a que se ha arrojado un exceso de papel higiénico. Es más complicado si la causa es un objeto más grande, sólido y resistente, como un pañal, un juguete o cualquier otra cosa que, por accidente o no, puedan haber ido a parar a ese desagüe.
La señal de que hay algún tipo de atasco en el inodoro es que, al tirar la cisterna, el agua no fluye con normalidad, sino que su nivel sube dentro de la taza e, incluso, amenaza con desbordarse. En el peor de los casos, se desborda: sobre todo si, en busca de una solución, se vuelve a tirar la cisterna, lo cual no hace más que agudizar el problema.
Los atascos más frecuentes y sencillos son los que se producen debido a que se ha arrojado un exceso de papel higiénico. Es más complicado si la causa es un objeto más grande, sólido y resistente, como un pañal, un juguete o cualquier otra cosa que, por accidente o no, puedan haber ido a parar a ese desagüe.
Desatascar el inodoro con una fregona
Si se trata de un atasco simple, existe una solución casera que suele dar resultado. Se trata del uso de un desatascador, una pieza compuesta por un mango y una ventosa de goma que, al usarlo en el inodoro, permite crear un efecto de vacío capaz de descongestionar las tuberías.
Sin embargo, este método presenta dos posibles inconvenientes. Por un lado, que la presencia de este instrumento no es tan frecuente en las casas españolas, y menos, un desatascador del tamaño suficiente para cubrir por completo el hueco del váter. Por el otro, que puede exigir que se retire el agua del inodoro de forma manual, tarea que también puede resultar poco grata.
Por eso, existe un utensilio que sí está en casi todos los hogares y que puede sustituir al desatascador: la fregona. De ser posible, tiene que tratarse de una fregona compuesta por tiras de algodón, aunque cualquiera puede valer. Se recubre con una bolsa de plástico -que debe estar sana, sin agujeros- y se introduce en el hueco del inodoro. Es importante que tape el conducto por completo. Luego, se debe mover hacia arriba y hacia abajo, es decir, bloquear y desbloquear el hueco del váter. De esta manera, se produce un efecto de vacío similar al de un desatascador y, en general, salvo que se sea un atasco grave, después de ejecutar dos o tres veces esta acción, la cañería se destapará.
Conviene atender a algunas recomendaciones importantes. La primera, colocar papeles de periódico sobre el suelo, en torno al inodoro, antes de usar el desatascador o la fregona, por si se producen salpicaduras, para que luego resulte más fácil limpiar. También es aconsejable el uso de guantes de plástico, por si es necesario entrar en contacto con el agua del váter.
Por otra parte, después de usar la fregona envuelta en una bolsa de plástico, para quitar esta última conviene ponerla del revés, para reducir lo más posible (aunque se usen guantes) el contacto con el lado que ha estado expuesto al agua del inodoro, o bien cubrirla con una segunda bolsa, para después manipular esta y evitar, de esta forma, el contacto directo con la primera.
Otras soluciones caseras para desatascar el inodoro
Si el desatascador o la fregona no dan resultado, se pueden intentar otros "remedios caseros. Una posibilidad consiste en introducir alguna herramienta lo suficientemente flexible como para que se deje guiar a través del conducto del váter por la presión que se ejerza desde fuera, pero a su vez lo bastante rígida como para empujar y quitar del camino posibles obstáculos. En ferreterías y tiendas especializadas se venden herramientas de este tipo. Una alternativa también es desarmar una percha de metal y utilizarla para esta tarea.
Si ninguno de estos métodos da resultado, entonces será momento de llamar al fontanero, porque es probable que se trate de un problema más grave y lo más apropiado es que quien se ocupe de él sea un profesional.
En ningún caso conviene usar líquidos desatascadores, ya que estas sustancias abrasivas contaminan el agua y, en general, no tienen éxito para la solución de este tipo de problemas.
Si ninguno de estos métodos da resultado, entonces será momento de llamar al fontanero, porque es probable que se trate de un problema más grave y lo más apropiado es que quien se ocupe de él sea un profesional.
En ningún caso conviene usar líquidos desatascadores, ya que estas sustancias abrasivas contaminan el agua y, en general, no tienen éxito para la solución de este tipo de problemas.
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