domingo, 21 de febrero de 2016

INSTALACIÓN DE EVACUACIÓN.

INSTALACIÓN DE EVACUACIÓN. Una vez que el agua ha salido del grifo o del electrodoméstico y ha sido utilizada debe evacuarse. Al agua que ya ha sido utilizada se le denomina agua residual o aguas negras. Las aguas de lluvia, cuando confluyen en espacios cerrados como los patios, también deben ser evacuadas. A las aguas de lluvia se las conoce como aguas pluviales. La red encargada de recoger las aguas residuales y las pluviales se conoce como red de evacuación o desagüe. La diferencia principal entre la red de agua potable y una de evacuación es que en la primera el agua se desplaza por presión, mientras que en la red de evacuación se desplaza por la acción de la gravedad.

1.- RED DE EVACUACIÓN EN EL INTERIOR DE LA VIVIENDA. La red de evacuación de la vivienda está formada por una serie de elementos que llevan las aguas residuales y pluviales fuera del edificio. Podemos distinguir dos tipos de elementos: APARATOS SANITARIOS: Son los elementos que nos facilitan la evacuación de las aguas negras. Los más habituales son la bañera, el inodoro, el bidé, el fregadero y el lavabo. Como veremos en la siguiente página, alguno de estos elemento ya trae incorporado un sifón para evitar olores y otros necesitan un bote sifónico. 




TUBERÍAS: Son normalmente de PVC y discurren de forma horizontal con una pequeña pendiente que permite que las aguas negras circulen por gravedad sin alcanzar excesivas velocidades que ocasionan molestos ruidos. Un problema habitual es que estos tubos están alojados por debajo de nuestro forjado (nuestro suelo), justo encima de la escayola de la vivienda inferior. Debido a esta ubicación, cuando existe una rotura, ésta afecta a la vivienda inferior. Desde los aparatos sanitarios sanitarios y electrodomésticos, las aguas negras recorren un recorrido siempre por gravedad hasta alcanzar la red de alcantarillado pública. En este recorrido encontramos distintos tipos de canalizaciones: 

 2.- EVITAR LOS OLORES. EL CIERRE HIDRÁULICO. Uno de los principales problemas que encontramos a la hora de evacuar las aguas negras de nuestra vivienda es evitar que los gases malolientes procedentes del alcantarillado entren en nuestros hogares. Para solucionar este problema se utiliza un dispositivo denominado cierre hidráulico o sifón. Este dispositivo permite la circulación de aguas hacia el alcantarillado pero evita que los gases malolientes entren en nuestra vivienda gracias a una retención permanente de agua.

Lo podemos encontrar de forma individual en cada aparato sanitario como es el caso del inodoro o los fregaderos. Otras veces varios aparatos sanitarios comparten un mismo cierre hidráulico. Este último dispositivo se conoce como bote sifónico.

 3.- ACOMETIDA A LA RED DE ALCANTARILLADO. La acometida es la unión de la red de evacuación de nuestro edificio a la red de alcantarillado pública. Está compuesta por los siguientes elementos.

  ARQUETA: Son recipientes construidos normalmente de ladrillo y cuya misión es recoger los residuos sólidos procedentes de las bajantes. Suele ser necesario vaciarlas cada cierto tiempo.

  TUBERÍA DE ALCANTARILLADO: Suele ubicarse en el centro de la calle. Normalmente es de hormigón (en masa o armado) aunque recientemente se emplean otros materiales como el PVC, el polietileno o la cerámica vitrificada.

  ALBAÑAL: Es la tubería que conecta la arqueta con el alcantarillado. Normalmente es de PVC o polietileno y siempre tiene un diámetro inferior al tubo al que conecta.

    INSTALACIONES DE AGUA



INSTALACIONES DE AGUA


Los seres humanos han almacenado y distribuido el agua durante siglos. En la época en que el hombre era cazador y recolector el agua utilizada para beber era agua del río. Cuando se producían asentamientos humanos de manera continuada estos siempre se producen cerca de lagos y ríos. Las primeras instalaciones de agua datan de la época romana, y se construyeron como cloacas y para alimentar las termas que eran baños públicos con piscinas de agua caliente, tibia y fría. Para disponer agua potable en nuestra vivienda la ciudad debe de tener de un sistema de captación, almacenaje y una red de distribución.

 1.- CAPTACIÓN. Existen numerosas fuentes de captar el agua. La utilización en cada zona depende de cómo se presenta este recurso en la naturaleza. Algunas de estas formas de captar el agua son: - Pozos subterráneos. - Captación directa en ríos y lagos. - Desalación.

 2- ALMACENAJE. El agua se almacena para poder ser utilizada posteriormente. El almacenamiento se realiza normalmente mediante depósitos o embalses. El almacenaje del agua sirve además para dar presión a la red de suministro. Por ello los depósitos siempre se construyen en las zonas altas. Si las ciudades están situadas en terreno muy plano se suelen construir depósitos elevados mediante torres. En los depósitos se realiza además el tratamiento de la cloración para evitar fundamentalmente desarrollo bacteriológico.

 3.- DISTRIBUCIÓN. Para que el agua llegue hasta nuestras viviendas necesitamos de una red de tuberías. Esta red se realiza normalmente mallada para evitara que una avería en un tramo suponga la pérdida de servicio de una zona amplia de la red. Las tuberías suelen ser de polietileno, PVC, fundición o poliéster reforzado con fibra de vidrio (PRFV.). 

 4.- ACOMETIDA Y DISTRIBUCIÓN HASTA NUESTRA VIVIENDA. Nuestra vivienda recibe el agua potable de la red de distribución pública. Las instalaciones que encontramos para poder tomar el agua de dicha red se dividen en las siguientes partes: 






ACOMETIDA: Para suministrar agua potable a nuestro edificio realizamos una derivación de la tubería de la red de distribución. La tubería que derivamos siempre es de diámetro inferior a la principal. Esta tubería suele ser de polietileno aunque antiguamente se utilizaba mucho las tuberías de plomo que se desecharon por su toxicidad. La unión a la tubería principal se realiza normalmente con un collarín de hierro fundido. Cuando se necesita una tubería de acometida de un diámetro grande se suele utilizar una pieza especial en forma de T.

Resultado de imagen de acometidas de agua

LLAVE DE REGISTRO: Es una válvula situada normalmente junto a la acometida y dentro de una pequeña arqueta que permite el corte total del suministro del edificio. Esta llave se utiliza fundamentalmente en las operaciones de mantenimiento de la red de distribución. A veces de omite por la existencia de la llave de paso.

 LLAVE DE PASO: Es una válvula situada normalmente dentro del edificio o en una arqueta en la fachada. Permite el corte de suministro del edificio. Esta llave es la que suele utilizar la compañía suministradora para interrumpir el suministro a una vivienda.

 GRUPO DE BOMBEO: Este es un equipo específico de aquellas instalaciones que no disponen de suficiente presión en la red para suministrar el agua. A veces también se utiliza cuando el edificio es muy alto y las viviendas más altas no disponen de suficiente presión. Para evitar que las bombas estén continuamente en funcionamiento se suele disponer de unos calderines neumáticos que acumulan la presión.

 BATERÍA DE CONTADORES: Es un conjunto de contadores que son abastecidos por una misma acometida. De esta batería se derivan las tomas individuales de cada vivienda y su finalidad es controlar los consumos de cada uno. Cuando sólo existe una vivienda no existe batería de contadores y en su lugar tenemos un contador individual.

 MONTANTES: El montante es el tubo que discurre desde el contador y que asciende hasta el nivel superior de de cada vivienda. En la entrada a la misma se instala una válvula denominada Llave de Paso de la vivienda; desde esta válvula comienza la red de distribución interior que alimenta a los artefactos sanitarios. Por lo general las montantes se sitúan en un paso de servicio o en los patios interiores y acceden a cada una de las viviendas con su correspondiente llave de paso.

.5.- INSTALACIÓN EN EL INTERIOR DE LA VIVIENDA: DISTRIBUCIÓN INTERIOR. Una vez en el interior de la vivienda, el primer elemento que encontramos es una llave de paso que corta por completo el suministro de agua. De esta llave se distribuyen el resto de tuberías que proporcionan agua a los distintos puntos de la casa. Estos circuitos de agua son abiertos, es decir tienen una salida al final y una sola vía de llegada del agua. Para generar el agua caliente sanitaria (ACS) una tubería alimenta un generador o intercambiador de calor. Desde este elemento sale un nuevo circuito con el agua caliente. Las zonas húmedas de la vivienda (aseos, y cocina) suelen disponer de una llave de corte independiente tanto en el agua fría como en el agua caliente. Además, casi todos los puntos de suministro llevan su propia llave de corte. 

6.- INSTALACIÓN EN EL INTERIOR DE LA VIVIENDA: TIPOS DE TUBERÍAS Y ACCESORIOS. Hasta hace bien poco, el material más usado en la instalación interior de la vivienda era el plomo. Su principal ventaja era su maleabilidad y fácil instalación. El plomo ha sido prohibido debido a que despide elementos contaminantes y nocivos para el ser humano. A la hora de elegir un material hemos de plantearnos algunos aspectos como la durabilidad o la facilidad de su instalación. Algunos de estos materiales son: ACERO GALVANIZADO: Este material ha dejado de usarse por lo general debido a la dificultad de realizar las roscas y a su tendencia a la corrosión; quedando este material para uso de tuberías generales de gran diámetro. COBRE: Este es el material más utilizado en tuberías de agua. Las uniones se efectúan soldadas a piezas especiales a base de estaño. Poseen mayor resistencia a la corrosión que las anteriores. Se fabrican de hasta 18 mm de sección, siendo más flexibles y adaptándose así a las curvas en empotramientos. POLIPROPILENO: Estas tuberías se utilizan en instalaciones interiores. Son más caras que las de cobre pero resultan de fácil instalación ya que sus uniones se efectúan mediante piezas de soldadura térmica. Soportan temperaturas de hasta 90 ºC sin generar condensaciones. Estas tuberías son ideales para empotramiento porque tienen muy poca pérdida de carga. POLIETILENO: Estas tuberías se emplean en grandes tuberías de aportación por su característica flexibilidad. Poseen menor resistencia que las de polipropileno, y no soportan temperaturas elevadas. Por lo general se usan en instalaciones exteriores bajo zanja. Están exentas de sufrir corrosión pero les afecta su exposición a los rayos solares, debilitando el material. En pequeños diámetros disponen de uniones especiales y en grandes diámetros se realiza una unión térmica.

 INSTALACIÓN DE EVACUACIÓN.

viernes, 19 de febrero de 2016

Medidas para ahorrar agua

El agua, además de ser un elemento cada vez más escaso y valioso, requiere un gasto energético que también impacta en el medio ambiente: cada metro cúbico consumido provoca la emisión a la atmósfera de un mínimo de 175 gramos de CO2 (25 gramos en la captación, 25 en la distribución y 125 gramos en la evacuación y depuración).
Una forma de reducir este problema es utilizar de forma más eficiente este recurso en el baño: algunos expertos afirman que se puede llegar a reducir su uso en el aseo personal hasta en un 30%, y hasta en un 70% en el inodoro, sin perder el confort y de forma sencilla.
Para empezar, sustituir el baño por la ducha no mermará la higiene personal y ahorrará entre cuatro y seis veces la cantidad de agua necesaria para llenar una bañera. Asimismo, no es recomendable ducharse muy a menudo, ya que un lavado excesivo disminuye la capacidad de autodefensa de la piel.

La forma de ducharse también contribuye a ahorrar agua. 

No hay que caer en el error de que, como la ducha gasta menos que la bañera, se puede permanecer durante un tiempo muy prolongado: cinco minutos son suficientes para una correcta higiene. A la hora de enjabonarse, cerrar el grifo también ahorrará agua. Por su parte, conviene utilizar de forma racional y reducir en lo posible el uso los jabones, champús, acondicionadores o geles, cuyos productos perjudican el medio ambiente.
Se puede llegar a reducir el uso de agua en el aseo personal hasta en un 30%, y hasta en un 70% en el inodoro
El agua de la ducha también se puede reutilizar, que se ha propuesto llevar a la práctica diversas medidas para reducir su consumo de agua hasta la mitad de la media española. Para ello, guarda en una garrafa el agua que se deja correr, y que generalmente se suele desaprovechar, hasta que sale caliente (entre dos y tres litros) y la reutiliza en las tareas de limpieza. Además, con un cazo, recoge el agua usada en la ducha para llenar la cisterna del inodoro. Hay quienes incluso proponen métodos más espartanos, como la ducha de barco, que supone tener abierto el grifo del agua sólo dos minutos
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La temperatura también es importante, porque cuanta más alta sea, más energía habrá que consumir.

 Por ello, mantener el agua entre 30 y 35º es más que suficiente para lograr una sensación de comodidad.


Los mandos de la ducha, al igual que el resto de grifos del baño, son otro elemento que hay que tener en cuenta. Los más eficientes son los termostáticos, aunque los monomandos resultan también una buena opción frente a los bimandos.
Asimismo, otros elementos tecnológicos, como perlizadores, interruptores de caudal, rociadores de bajo consumo, sensores de movimiento, sistemas de reutilización de aguas grises o de reciclado de agua de lluvia también pueden lograr importantes ahorros de agua. Y por supuesto, evitar toda clase de fugas o goteos: una gota por segundo se convierte en 30 litros al día.

En el grifo del lavabo también se pueden aplicar algunos criterios específicos.

Por ejemplo, al cepillarse los dientes, utilizar sólo el agua para enjuagarse al principio y al final mediante un vaso. En el afeitado, una maquinilla eléctrica puede consumir menos energía que el afeitado manual, dependiendo del tiempo que se deje correr el agua caliente del grifo (afeitarse durante tres minutos sin cerrar el grifo gasta 18 litros). Y en el aseo personal, reducir en lo posible el uso del jabón, utilizándolo lo justo (lavarse las manos un minuto con el grifo abierto gasta seis litros).


martes, 16 de febrero de 2016

Desatascar el inodoro

  Desatascar el inodoro, una tarea desagradable pero necesaria 

  La señal de que hay algún tipo de atasco en el inodoro es que, al tirar la cisterna, el agua no fluye con normalidad, sino que su nivel sube dentro de la taza e, incluso, amenaza con desbordarse. En el peor de los casos, se desborda: sobre todo si, en busca de una solución, se vuelve a tirar la cisterna, lo cual no hace más que agudizar el problema.

Los atascos más frecuentes y sencillos son los que se producen debido a que se ha arrojado un exceso de papel higiénico. Es más complicado si la causa es un objeto más grande, sólido y resistente, como un pañal, un juguete o cualquier otra cosa que, por accidente o no, puedan haber ido a parar a ese desagüe.


   Desatascar el inodoro con una fregona


  Si se trata de un atasco simple, existe una solución casera que suele dar resultado. Se trata del uso de un desatascador, una pieza compuesta por un mango y una ventosa de goma que, al usarlo en el inodoro, permite crear un efecto de vacío capaz de descongestionar las tuberías.
Sin embargo, este método presenta dos posibles inconvenientes. Por un lado, que la presencia de este instrumento no es tan frecuente en las casas españolas, y menos, un desatascador del tamaño suficiente para cubrir por completo el hueco del váter. Por el otro, que puede exigir que se retire el agua del inodoro de forma manual, tarea que también puede resultar poco grata.

  Por eso, existe un utensilio que sí está en casi todos los hogares y que puede sustituir al desatascador: la fregona. De ser posible, tiene que tratarse de una fregona compuesta por tiras de algodón, aunque cualquiera puede valer. Se recubre con una bolsa de plástico -que debe estar sana, sin agujeros- y se introduce en el hueco del inodoro. Es importante que tape el conducto por completo. Luego, se debe mover hacia arriba y hacia abajo, es decir, bloquear y desbloquear el hueco del váter. De esta manera, se produce un efecto de vacío similar al de un desatascador y, en general, salvo que se sea un atasco grave, después de ejecutar dos o tres veces esta acción, la cañería se destapará.
Conviene atender a algunas recomendaciones importantes. La primera, colocar papeles de periódico sobre el suelo, en torno al inodoro, antes de usar el desatascador o la fregona, por si se producen salpicaduras, para que luego resulte más fácil limpiar. También es aconsejable el uso de guantes de plástico, por si es necesario entrar en contacto con el agua del váter.
Por otra parte, después de usar la fregona envuelta en una bolsa de plástico, para quitar esta última conviene ponerla del revés, para reducir lo más posible (aunque se usen guantes) el contacto con el lado que ha estado expuesto al agua del inodoro, o bien cubrirla con una segunda bolsa, para después manipular esta y evitar, de esta forma, el contacto directo con la primera.

     Otras soluciones caseras para desatascar el inodoro


Si el desatascador o la fregona no dan resultado, se pueden intentar otros "remedios caseros. Una posibilidad consiste en introducir alguna herramienta lo suficientemente flexible como para que se deje guiar a través del conducto del váter por la presión que se ejerza desde fuera, pero a su vez lo bastante rígida como para empujar y quitar del camino posibles obstáculos. En ferreterías y tiendas especializadas se venden herramientas de este tipo. Una alternativa también es desarmar una percha de metal y utilizarla para esta tarea.
Si ninguno de estos métodos da resultado, entonces será momento de llamar al fontanero, porque es probable que se trate de un problema más grave y lo más apropiado es que quien se ocupe de él sea un profesional.
En ningún caso conviene usar líquidos desatascadores, ya que estas sustancias abrasivas contaminan el agua y, en general, no tienen éxito para la solución de este tipo de problemas.


martes, 2 de febrero de 2016

CÓMO ACOPLAR A UN TUBO DE HIERRO UNA INSTALACIÓN DE AGUA DE COBRE (gebo)

Instalación de fontanería. Unir tubo de cobre a tubo de hierro. Acoplar tubos de hierro y tubos de cobre. 

                                                               

Gebo


Esto es más frecuente de lo que parece: tenemos un piso algo antiguo y queremos reformarlo. Vamos a empezar a sustituir la fontanería vieja de hierro por tubos modernos de cobre y lo primero que vemos es que la acometida del agua es mediante un tubo de hierro. 

¿Cómo podemos hacer semejante empalme? Hay dos formas: que es llegar a la llave de paso que está situada justo a la entrada del agua y desenroscar la llave, con lo que nos queda el tubo de hierro con su rosca. 
Sólo haría falta buscar una pieza de acople de bronce -muy común, por cierto- que atornillaremos al hierro y soldaremos a partir de ahí los tubos de cobre….

Pero ¿qué ocurre si el tubo de hierro atraviesa media casa antes de llegar a la dichosa llave de paso? Lo suyo sería sanear todo el tubo y poner al principio la llave de paso general de la casa, o al menos sustituir la mayor parte del viejo tubo oxidado. Pero no podemos soldar el cobre con el hierro. Hay masillas epoxi para hacer soldadura en frío, pero para una tarea de esta índole n
Pero se ha pensado en todo y existen en el mercado unas piezas adaptadoras especiales.
Parece un poco complicado y aparatoso, pero si se instala adecuadamente, siguiendo las pautas de montaje correctamente y apretando debidamente, lograremos una unión estanca y duradera. Ya podremos tapar definitivamente la unión y poner un poco más adelante la llave de paso.

Para realizar este proceso, debemos descarnar muy bien los alrededores del tubo de hierro. Basta ver el grosor de la pieza de empalme para comprender esto.

Seguidamente, debemos dejar perfectamente limpio de impurezas el tubo. Una lijada con un papel de lija fino, garantizará que la superficie de hierro no tenga ninguna protuberancia que nos fastidie la estanqueidad.
Y ya con el tubo limpio y cortado por donde nos interese, procedemos a montar las piezas manteniendo escrupulosamente el orden y la orientación de las piezas: la rosca grande, la arandela metálica abierta, con la estría debidamente orientada, la arandela fina y la junta de goma. 

Las vamos introduciendo en el tubo de hierro y terminamos metiendo la pieza metálica grande.

Debemos procurar que el tubo de hierro entre bastante en dicha pieza y a continuación vamos desplazando las piezas que metimos antes en el tubo hasta que entren en la boca de la pieza grande y encajen en su sitio.

Finalmente, enroscamos la tuerca principal en la pieza grande y damos un buen apretón ayudándonos de dos llaves inglesas grandes: una para aguantar la pieza grande y la otra para apretar la tuerca contra ella.
Y ya solo queda enroscar la pieza de bronce a la parte libre de la pieza grande.

A partir de ahí, sólo tendremos que soldar el primer tubo de la instalación de cobre a la pieza de bronce y seguir con el montaje de fontanería, que no tiene complicación si sabemos cortar y soldar tubos de cobre.

También es posible hacer esto en una habitación concreta. El cuarto de baño, por ejemplo, es una pieza muy susceptible de que se piquen las tuberías de hierro prematuramente porque está sometida a una gran humedad y está surcado de tuberías para alimentar los distintos elementos de agua: ducha o bañera, lavabo, váter, bidé…. Y esto hace que estas tuberías se estropeen antes que las del resto de la casa. Son especialmente vulnerables las tuberías de hierro que pasen por debajo de la bañera o plato de ducha. 
Teóricamente, no debería haber ningún escape de agua por el desagüe, pero los cambios de temperatura, la humedad, que por poca que sea se pueda filtrar y con el paso de los años oxidar y pudrir incluso las tuberías. Así, si no podemos meternos en cambiar toda la instalación de la casa, al menos podremos garantizar el buen estado de la fontanería del cuarto de baño… y cuando queramos seguir con el resto de la casa, solo tenemos que retirar la pieza de acople que os he descrito y soldar al tubo de cobre, sin necesidad de tocar el resto de la instalación de cobre.